sábado, 9 de mayo de 2009

Cáncer cérvico uterino


El Virus de Papiloma Humano (VPH), uno de los factores principales en el origen del cáncer cérvico uterino, convive con el ser humano desde que se inicia sexualmente y, en las mujeres, un simple examen como el Papanicolaou (PAP) puede dar la alerta de si está actuando en su contra o no.
El VPH tiene más de 100 tipos diferentes y se ubica en la piel, la boca, la faringe, la zona genital y el ano. Su transmisión, a través de los fluidos o el contacto directo, hace casi imposible su control, pero en el caso de los VPH genitales, una simple medida de auto cuidado y prevención como el examen de PAP puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Los tipos de VPH que se encuentran en la zona genital tanto de hombres como mujeres no son más de 40 y de ellos, y sólo algunos provocan lesiones pre malignas y malignas. La mayoría de ellos pueden generar verrugas benignas en la zona del pene, el escroto (bolsa de los testículos), la vagina y la vulva, respectivamente.
Pero esos pocos VPH genitales de alto riesgo son suficientes para que en el mundo mueran anualmente 250 mil mujeres (un 85% de ellas en países en desarrollo) y 677, en Chile, todos los años (año 2002).

Las cifras no son alarmantes si se considera que en los últimos 20 años, en el país, las muertes por cáncer cérvico uterino (CACU) han caído en un 50%, pero aún así, todos los años se detectan aproximadamente 1.100 nuevos casos. De ahí que el CACU sea la cuarta causa de muerte, por cáncer, entre las chilenas.
Si bien no es un virus nuevo, la ciencia aún no logra erradicarlo. Por eso, la prevención se ha convertido en la mejor arma para impedir que cause lesiones malignas e invasoras como el cáncer.
El VPH se contagia por contacto sexual, ya sea el coito o la manipulación, y debido a particularidades propias de la mujer en la zona del cuello uterino, puede generar una infección. El cuello uterino posee dos epitelios (células superficiales que lo recubren) que, por acción de las hormonas y otros, está constantemente renovándose y es ahí donde el VPH aprovecha la oportunidad para actuar y modificar las células de esa zona.
Las células alteradas pueden derivar en lesiones intraepiteliales que con el paso del tiempo y la intervención de otros factores como el tabaco o una baja del sistema inmunológico pueden convertirse en células cancerosas.
La experiencia indica que el VPH no actúa directamente y por eso, rara vez se detecta cáncer en mujeres menores de 28 años, pero sí lesiones pre malignas. La razón: existe una latencia de más de 10 años para que las mujeres que se contagiaron con él en la adolescencia y quizás, en su única relación sexual, presenten anomalías en las células del cuello uterino, pudiendo llegar a desarrollar un cáncer pasado los 35 a 40 años, rango etario donde mayormente se ubican las lesiones malignas.
La acción dañina del VPH depende de sus características propias y de la condición particular de cada persona portadora. Hay virus que son más agresivos que otros y por lo tanto, el riesgo de lesiones es mayor, pero si a eso se suman condiciones como el uso de corticoides, depresión, anorexia, tabaquismo, inmunodepresión o algún tipo de trasplante, la mujer está más expuesta.

lunes, 4 de mayo de 2009

La obstetra como profesional





La obstetra es un profesional capaz de supervisar, cuidar e informar a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, asistir partos bajo su propia responsabilidad y dar atención al recién nacido y lactante. Tiene una importante tarea en el fomento de la salud y educación no sólo hacia la mujer, sino también en la familia y la comunidad. Su trabajo debe incluir la educación pre-natal y la preparación para la paternidad responsable, extendiéndose a ciertas áreas de la ginecología, planificación familiar y neonatología.